Sus nombres son Edgar Jaimes y Cenaida Piza, ambos son contadores públicos y fue en esa rama en la que se conocieron, se enamoraron y decidieron formar una familia. Pero Edgar y Cenaida son además, artesanos.
Ambos, artesanos de la madera, emprendieron “Diseños Nono” y han transitado el camino hacia la innovación conservando técnicas aprendidas desde la infancia. Edgar y Cenaida son dos rostros artesanos de la economía naranja de nuestro país, esa que le apuesta a la creatividad como eslabón de la economía y que además, exalta los oficios artesanales en un mundo tan veloz como el que vivimos hoy.
Conozca la historia detrás de las piezas de bisutería que ellos elaboran en su taller ubicado en el occidente de Bogotá D.C. ¡Le presentamos a Edgar y Cenaida, artífices de una innovación basada en la perfección matemática!
Así empezó todo…
Edgar es santandereano de pura cepa, de un pueblo llamado Málaga ubicado al sur oriente del departamento. Cenaida es de Viotá, tierra de indígenas Panches y Muiscas que hoy hace parte del departamento de Cundinamarca y que está ubicada a poco más de 80 kilómetros de Bogotá, la capital de nuestro país y la ciudad donde ambos se conocieron y se enamoraron.
En medio de sus avatares profesionales, ambos contadores públicos decidieron formar una familia y con la misma importancia con la que decidieron pasar su vida juntos, también decidieron retomar el oficio artesanal que Edgar había aprendido en Málaga durante su infancia y junto a las manos de su padre: la carpintería.
En realidad, Edgar sabía de ebanistería. La elaboración de muebles en madera fue el legado que le dejó su padre, quien hoy se lleva todo el crédito en el nombre del taller artesanal “Diseños Nono”. Nono se le llama a los abuelos en Santander y “Diseños Nono” es el taller llamado a transformar con creatividad e innovación, la madera en arte.
Las vacaciones del colegio fueron la oportunidad para que Edgar aprendiera el oficio. En el taller de su papá además de jugar con pequeños trozos de madera y elaborar juguetes como retroexcavadoras, se enamoró de una técnica de ensamble: la cola de milano.
«La cola de milano marcó mi infancia. Esta es una forma antiquísima de ensamblar la madera. Yo creo que eso viene desde los tiempos de Jesucristo que era también carpintero… de hecho, los egipcios también la utilizaron.
Yo tenía una broca... la agarré y la miré. La unión de la cola de milano se utiliza para dar fuerza y por lo general, siempre estaba escondida por ejemplo, en los cajones. Pero resulta que si uno la pone a la vista se ve muy lindo. Es un ensamble que da mucha fuerza, casi como una taracea, pero lo que hace perfecta a la cola de milano, es que es una cuestión matemática, que logra no sólo fuerza sino también belleza».
Sin tropiezos no hay aprendizaje
Corría el año 2012 y al tiempo que Edgar se dedicaba de manera independiente a su trabajo como contador y Cenaida al hogar; ambos decidieron abrir un taller con almacén en el barrio 12 de octubre de Bogotá D.C., una zona reconocida popularmente por ofrecer todo tipo de muebles para el hogar.
“Diseños Nono” llegó con la idea diferencial de ofrecer productos elaborados con un grado de calidad y creatividad superiores a los que se podían encontrar en el mercado; con un trabajo hecho por manos diestras y sabias; y con el objetivo de mostrar la cola de milano en diversas aplicaciones.
Para fortalecer su taller, Edgar y Cenaida compraron herramientas y máquinas que importaron de Canadá y Estados Unidos. Estos nuevos implementos llegaron a “Diseños Nono” y pasado un mes de haber aterrizado en el taller, fueron robados en la noche.
Una noche que costó cerca de 30 millones de pesos y que dejó a Edgar y a Cenaida en el punto cero. Un día, buscando en Internet, Cenaida encontró el sitio web de Artesanías de Colombia; agarró un par de cofres de madera con cola de milano y se fue a mostrarlos a la entidad.
Del cofre a la bisutería
La cola de milano se convirtió en la obsesión estilística y en el sello de marca personal de Edgar. Elaboraba muebles con cola de milano a la vista; cajones con cola de milano; cofres joyeros con cola de milano… los mismos que Cenaida llevó a Artesanías de Colombia y que dieron la pauta para que la pequeña idea de mostrar la cola de milano, los ensambles y todo aquello que solía ocultarse en la carpintería tradicional, tuviera éxito y desembocara en una innovación.
Cenaida cuenta que la bisutería empezó como un gesto familiar. «Como nos sobraban pequeños trozos de madera, empezamos a hacer pulseras para mi familia, después hicimos aretes y después, empezamos a llevar nuestros ensambles a la bisutería».
Edgar, eterno enamorado de la precisión matemática del ensamble en madera, cuenta: «Un día pensé en llevar la cola de milano a una pulsera y al final, vimos que quedó bonita. Entonces empezamos a hacer manillas segmentadas con trozos de madera pegados».
El salto a Bogotá Fashion Week
Diseños Nono ya no tiene taller ni almacén en el barrio 12 de octubre. Tampoco se dedica exclusivamente a la elaboración de muebles para el hogar, pero continúa su actividad en el occidente de la ciudad y alterna la elaboración de armarios, mesas, sillas y sofás, con piezas de bisutería nacidas en manos de Edgar y Cenaida quien con gran orgullo, cuenta:
«Fuimos a Expoartesanías 2018 como parte del stand de Moda Viva con nuestra bisutería en madera, única en el mercado. Este año fuimos al Bogotá Fashion Week… esos días previos trabajamos bastante, hicimos piezas con diseños únicos y para fortuna nuestra, se vendieron y gustaron muchísimo».
«Yo veo que hacemos cosas fuera de lo común y que me dan la tranquilidad de decir: “cópielo” si puede, hágalo” porque en realidad, sé que no es tan fácil, ni va a quedar igual de bien». Edgar Jaimes, Diseños Nono.
¿Por qué apoyar la creatividad?
Ni el talento, ni el conocimiento, ni la creatividad son características que se puedan arrebatar. Por el contrario, son aquellas que diferencian no sólo la labor artesanal y las manos que la hacen posible, sino a los productos elaborados.
El trabajo hecho a mano es creación con talento e imaginación con conocimiento. Por eso, apoyar la creatividad de los artesanos colombianos honrar la historia de sus manos y de su aprendizaje, es reconocer el valor del esfuerzo técnico y creativo de nuestra tierra y de su gente.
Especial realizado por el Sistema de Información para la Artesanía, Siart, de Artesanías de Colombia.
Sus nombres son Edgar Jaimes y Cenaida Piza, ambos son contadores públicos y fue en esa rama en la que se conocieron, se enamoraron y decidieron formar una familia. Pero Edgar y Cenaida son además, artesanos.
Ambos, artesanos de la madera, emprendieron “Diseños Nono” y han transitado el camino hacia la innovación conservando técnicas aprendidas desde la infancia. Edgar y Cenaida son dos rostros artesanos de la economía naranja de nuestro país, esa que le apuesta a la creatividad como eslabón de la economía y que además, exalta los oficios artesanales en un mundo tan veloz como el que vivimos hoy.
Conozca la historia detrás de las piezas de bisutería que ellos elaboran en su taller ubicado en el occidente de Bogotá D.C. ¡Le presentamos a Edgar y Cenaida, artífices de una innovación basada en la exactitud matemática!
foto de Edgar y Cenaida
Así empezó todo…
Edgar es santandereano de pura cepa, de un pueblo llamado Málaga ubicado al sur oriente del departamento. Cenaida es de Viotá, tierra de indígenas Panches y Muiscas que hoy hace parte del departamento de Cundinamarca y que está ubicada a poco más de 80 kilómetros de Bogotá, la capital de nuestro país y la ciudad donde ambos se conocieron y se enamoraron.
En medio de sus avatares profesionales, ambos contadores públicos decidieron formar una familia y con la misma importancia con la que decidieron pasar su vida juntos, decidieron también retomar el oficio artesanal que Edgar había aprendido en Málaga durante su infancia y junto a las manos de su padre: la carpintería.
En realidad, Edgar sabía de ebanistería. La elaboración de muebles en madera fue el legado que le dejó su padre, quien hoy se lleva todo el crédito en el nombre del taller artesanal “Diseños Nono”. Nono se le llama a los abuelos en Santander y “Diseños Nono” es el taller llamado a transformar con creatividad e innovación, la madera en arte.
Foto de detalle de la cola de milano
Las vacaciones del colegio fueron la oportunidad para que Edgar aprendiera el oficio. En el taller de su papá además de jugar con pequeños trozos de madera y elaborar juguetes como retroexcavadoras, se enamoró de una técnica de ensamble: la cola de milano.
«La cola de milano marcó mi infancia. Esta es una forma antiquísima de ensamblar la madera. Yo creo que eso viene desde los tiempos de Jesucristo que era también carpintero… de hecho, los egipcios también la utilizaron.
Yo tenía una broca... la agarré y la miré. La unión de la cola de milano se utiliza para dar fuerza y por lo general, siempre estaba escondida por ejemplo, en los cajones.
Pero resulta que si uno la pone a la vista se ve muy lindo. Es un ensamble que da mucha fuerza, casi como una taracea, pero lo que hace perfecta a la cola de milano, es que es una cuestión matemática, que logra no sólo fuerza sino también belleza».
foto pulsera final y proceso
Sin tropiezos no hay aprendizaje
Corría el año 2012 y al tiempo que Edgar se dedicaba de manera independiente a su trabajo como contador y Cenaida al hogar; ambos decidieron abrir un taller con almacén en el barrio 12 de octubre de Bogotá D.C., una zona reconocida popularmente por ofrecer todo tipo de muebles para el hogar.
“Diseños Nono” llegó con la idea diferencial de ofrecer productos elaborados con un grado de calidad y creatividad superiores a los que se podían encontrar en el mercado; con un trabajo hecho por manos diestras y sabias; y con el objetivo de mostrar la cola de milano en diversas aplicaciones.
Para fortalecer su taller, Edgar y Cenaida compraron herramientas y máquinas que importaron de Canadá y Estados Unidos. Estos nuevos implementos llegaron a “Diseños Nono” y pasado un mes de haber aterrizado en el taller, fueron robados en la noche.
Una noche que costó cerca de 30 millones de pesos y que dejó a Edgar y a Cenaida en el punto cero nuevamente. Un día, buscando en Internet, Cenaida encontró el sitio web de Artesanías de Colombia, vió que en ese momento había convocatoria del Comité de Compras; agarró un par de cofres de madera con cola de milano y se fue a mostrarlos a la entidad.
foto de pulseras
Del cofre a la bisutería
La cola de milano se convirtió en la obsesión estilística de Edgar. Elaboraba muebles con cola de milano a la vista; cajones con cola de milano; cofres joyeros con cola de milano… los mismos que Cenaida llevó a Artesanías de Colombia y que allí, fueron evaluados para que a través del programa de Asesorías Puntuales, pudieran ser mejorados y adaptados al mercado.
Llegó diciembre de 2012 y con ese mes, la edición de Expoartesanías en la que Diseños Nono debutó junto a sus cofres joyeros; los cuales tuvieron más acogida en el público extranjero que en el local. En 2013, Diseño Nono entregó a Artesanías de Colombia unos bowls de madera ensamblada que se robaron la atención y que fueron definitivos para que, la pequeña idea de mostrar la cola de milano, los ensambles y todo aquello que solía ocultarse en la carpintería tradicional, tuviera éxito y desembocara en una innovación.
foto de aretes o pulsera con ensamble o segmentados
Cenaida cuenta que la bisutería empezó como un gesto familiar. «Como nos sobraban pequeños trozos de madera, empezamos a hacer pulseras para mi familia, después hicimos aretes y después, empezamos a llevar nuestros ensambles a la bisutería».
Edgar, eterno enamorado de la precisión matemática del ensamble en madera , cuenta: «Un día pensé en llevar la cola de milano a una pulsera y al final, vimos que quedó bonita. Entonces empezamos a hacer manillas segmentadas con trozos de madera pegados».
foto de collar
El salto a Bogotá Fashion Week
Diseños Nono ya no tiene taller ni almacén en el barrio 12 de octubre. Tampoco se dedica exclusivamente a la elaboración de muebles para el hogar, pero continúa su actividad en el occidente de la ciudad y alterna la elaboración de armarios, mesas, sillas y sofás, con piezas de bisutería que fueron mostradas nuevamente al Programa de Asesorías Puntuales de Artesanías de Colombia, en manos de Edgar y Cenaida, quien con gran orgullo, cuenta:
«Nosotros las llevamos y nos dijeron que sí les interesaba y que tenían una innovación importante, pero que para hacerlas más comerciales lo mejor era elaborarlas sin brillo. Volvimos al taller y creamos nuevas pulseras, collares y aretes que para nuestro agrado, fueron admitidos en el comité del programa de Moda Viva en 2018.
Ese año volvimos a Expoartesanías como parte del stand de Moda Viva y con nuestra bisutería en madera, única en el mercado. Ya este año, Artesanías de Colombia nos contactó a través de su programa Moda Viva para participar en el Bogotá Fashion Week… esos días previos a la semana de la moda trabajamos bastante, hicimos una sola pieza de diseños únicos y para fortuna nuestra, se vendieron y gustaron bastante».
foto de ellos nuevamente (si se tiene, si no, producto)
«Yo veo que hacemos cosas fuera de lo común y que me dan la tranquilidad de decir: “cópielo” si puede, hágalo” porque en realidad, sé que no es tan fácil, ni va a quedar igual de bien». Edgar Jaimes, Diseños Nono.
¿Por qué apoyar la creatividad?
(la idea sería que este mismo segmento cierre todas las historias)
Ni el talento, ni el conocimiento, ni la creatividad son características que se puedan arrebatar. Por el contrario, son aquellas que diferencian no sólo la labor artesanal y las manos que la hacen posible, sino a los productos elaborados.
El trabajo hecho a mano es creación con talento e imaginación con conocimiento. Por eso, apoyar la creatividad de los artesanos colombianos honrar la historia de sus manos y de su aprendizaje, es reconocer el valor del esfuerzo técnico y creativo de nuestra tierra y de su gente.