Por Sistema de información para la artesanía - SIART Monday, January 21, 2013
Lester Narváez, un hombre tranquilo, pausado y con una sonrisa que invita a la charla amena y sin afanes.
Hace más de 40 años se dio cuenta que amaba la artesanía y de esa forma decidió dedicarle toda su vida al arte del Barniz de Pasto.
Hoy en día es uno de los maestros artesanos más importantes del departamento de Nariño, además de ofrecer como un padre una segunda oportunidad a muchos jóvenes pastusos que la necesitan.
El maestro Lester Narváez, que visitó la edición XXII de Expoartesanías, nos contó cómo comenzó a trabajar la artesanía y al mismo tiempo cómo fue descubriendo su don para transmitir sus conocimientos a las nuevas generaciones.
“En esa época yo era estudiante y me gustaba mucho el fútbol, tenía mis amigos de barrio y cuando iba por ellos a invitarlos a entrenar me decían que los esperara en sus talleres. Ahí comencé a verlos trabajar y de repente me di cuenta que tenía aptitud para hacer dibujos y todo este tipo de cosas”.
“Aprendí mucho de Carlos Lazo, en su época, uno de los mejores maestros artesanos en Pasto. Su confianza y seguridad me motivaron a trabajar con él”, afirma.
Se casó muy joven con la hermana de un barnizador, todavía era estudiante así que tuvo que trabajar ganando muy poco mientras alcanzaba la experiencia necesaria.
“Me atreví a sacar mi propio taller. Fui muy arriesgado y sufrí mucho, pero no me dejé dominar de las circunstancias”, cuenta mientras atiende a los clientes que decidieron visitarlo en el stand 116 del Pabellón 3 de Expoartesanías 2012.
Así, comenzó a trabajar con dos sobrinos, un hermano y amigos de barrio, entre ellos Oscar Ceballos y Francisco Narváez. Enviaba sus piezas a la Plaza de Bomboná pero sentía que todavía le faltaba mucho para tener la calidad que quería.
De esta forma y luego de adquirir toda la experiencia necesaria el maestro Narváez se consolidó como uno de los mejores en el trabajo de Barniz de Pasto.
Con los años el maestro Narváez no sólo adquirió experiencia para realizar su trabajo, sino también sabiduría y bondad para descubrir otro talento, y es el de ayudar a jóvenes con problemas familiares y de comportamiento a encaminar nuevamente sus vidas de mano del oficio artesanal.
Comenzó a recibir en su taller a jóvenes pandilleros “inquietos, mal criados”, como él mismo los describe.
“Al principio se manejaban mal, luego vino el respeto y muchos de ellos aprendieron a trabajar, algunos todavía trabajan el barniz ya con sus hogares formados”, resume con el orgullo y la satisfacción del deber cumplido, mientras a la vez recuerda como muchas veces fue robado por algunos de estos muchachos a los que de forma voluntaria les enseñaba el oficio.
Hoy en día recibe a jóvenes de 12 a 16 años, dándoles no sólo la oportunidad de aprender a trabajar sino también ofreciéndoles alimentación y el cariño de un hogar.
Así, el maestro Narváez hizo de la artesanía su profesión pero también la herramienta para darles a otros el amor y las oportunidades que se les han negado.
me parece muy bien lo que dice Doris y yo opino que son muy buenos artesanos los de Nariño y eso lo demuestran en los carnavales o fechas similares
Lindo el ejemplo del maestro Narvaez. Estas son las personas que necesita Colombia.
Lindo el ejemplo del maestro Narvaez. Estas son las personas que necesita Colombia.