Por Sistema de Información para la Artesanía - Siart. Thursday, March 7, 2019
Este corto documental dirigido por Alexander Ruiz, hace un llamado urgente para que volvamos la mirada sobre uno de los oficios más tradicionales del país: la tejeduría en lana.
“Que no se rompa el hilo” es un documental que conecta al espectador con la cotidianidad del municipio de Marulanda, en Caldas. Desde los primeros minutos, este cortometraje atrapa con imágenes y sonidos tan comunes a cualquier colombiano, como el resonar de los cascos de un caballo que recorre las calles del pueblo, o el balido de un rebaño de ovejas que cruza el pastizal.
Esa quietud que rodea las casas de bahareque y los campos de labranza en los pueblos colombianos; es el marco en el que Alexander Ruiz, comunicador social egresado de la Universidad del Quindío, revela la situación actual de la tejeduría en lana, oficio artesanal insigne de su pueblo, Marulanda; allí donde sólo la Cooperativa Ovina y el artesano Jesús Arango Riviera mantienen viva esta tradición.
Allí vivió su infancia y hasta los 15 años, cuando tuvo un accidente que le dejó ciego progresivamente; Alexander grabó para siempre en su memoria y en sus retinas desprendidas por un balonazo; los colores, las melodías y los oficios de su tierra marulandeña.
Él como otros jóvenes, viajó a Armenia y allí, mientras cursaba la clase de Televisión II, propuso dejar un archivo audiovisual que diera cuenta del tejido con lana en Marulanda. Seis meses dedicó a la realización de esta pieza; desde abril de 2015, él y aproximadamente 13 estudiantes más; se dedicaron a retratar este oficio artesanal en un documental que contó con el apoyo de la Universidad del Quindío; la Gobernación de Caldas; la Alcaldía de Marulanda y la Cooperativa Ovina del municipio.
Para conocer la esencia de esta pieza audiovisual y sus protagonistas, conversamos con Alexander Ruiz Morales.
¿Por qué destacar específicamente el oficio de la tejeduría en lana?
En Marulanda, la lana ha sido muy tradicional y hace parte de su historia; pero por el tema generacional y de la nueva industria, se ha ido acabando. Así que la idea era destacar ese tesoro vivo que tiene el municipio. Un tesoro que va a desaparecer en su forma artesanal; y si no lo conservan, también puede hacerlo en su forma industrial. Por eso quise retratar la situación, para que las nuevas generaciones puedan ver esa tradición de su tierra.
¿Además de la Cooperativa Ovina de Marulanda, Jesús Arango y su esposa, Ana Obeida Patiño, son los únicos artesanos dedicados al oficio?
Sí, ellos son los únicos y creo que todavía se mantienen trabajando la lana artesanalmente. Su empresa es independiente de la Cooperativa y tejen en una escala más pequeña pero mucho más manual, porque quienes trabajaban así la lana, ya están muy viejos o han muerto.
¿Qué sucede con el relevo generacional en el oficio?
Los pelados de allá no quieren seguir este proceso… y no sólo en la lana, también se ve en el campo en general. Las fincas de Marulanda ya no tienen quien las trabaje, porque los jóvenes están emigrando a la ciudad.
¿Cómo fue trabajar con el artesano Jesús Arango?
Como él me conoce desde niño, conoce a mi familia y a mis padres; fue muy fácil trabajar con él. Al principio él no quería hacer el documental, nos decía: “no… pero qué van a hacer eso…” Su esposa también era poco receptiva, pero conversando, logramos convencerlos. “Chucho” es una persona que tiene un gran conocimiento y un gran legado que lastimosamente, se va a perder en algún momento. Sólo quedarán las manos de él y de la gente del pueblo.
¿Y cómo fue su experiencia, en el proceso de realizar el documental?
La experiencia fue muy interesante y fue un reto para mí, porque yo salí de Marulanda a los 12 o 13 años. Pero hay un elemento muy importante y es que tras quedar ciego a mis 15 años, este documental me dio la oportunidad de retratar los recuerdos de mi niñez.
¿Cuál es el concepto de la selección musical?
El documental tiene un toque melancólico porque quiere mostrar a través de la melodía, que algo se va a perder, así que quisimos generar ese concepto y esa sensación de tristeza. La banda sonora fue hecha por estudiantes de la Universidad del Quindío y en algunos momentos, la música se torna un poco más alegre y esperanzadora, pero cuando vemos a doña Julia por ejemplo, pues se torna melancólica porque ella lloró cuando le rompieron el telar.
¿Cómo apelar a los sentimientos, para hablar de la tejeduría en Marulanda?
Los sonidos ambiente son muy importantes porque con ellos nos damos cuenta cómo es el pueblo, que tan solo o silencioso es. A través de estos sonidos, que nos damos cuenta cómo es el entorno de Marulanda y cómo funcionan, por ejemplo, las faenas de los recolectores de ovejos.
Pero la fotografía también evoca sentimientos; por eso manejamos retratos, teniendo en cuenta que los rostros de los entrevistados se daban para eso. Quisimos generar expectativa por ejemplo, con la imagen del pueblo, por eso no quisimos mostrarlo al inicio del documental y en cambio, lo dejamos para el final e hicimos un paso de tiempo (timelapse).
¿Después de realizar el documental, cuál su percepción sobre el oficio?
Debido a las nuevas dinámicas de la economía y la tecnología, estos oficios artesanales, no solo en Marulanda sino en cualquier parte del país, tienden a desaparecer y si las técnicas o las formas de comercialización no se adaptan o actualizan, se van a perdiendo.
¿Qué le ha dicho la gente de Marulanda sobre este documental?
A las personas de Marulanda les gustó mucho, pues esta es la realidad que se vive. He recibido buenos comentarios de quienes viven y no en el municipio, porque por medio de este documental ven ese lugar que dejaron hace muchos años y recuerdan muchas cosas de su niñez, recuerdan a los paisanos como don “Chucho”, que llevan toda su vida en Marulanda.
Personas de diferentes partes del país también lo han visto; en Montes de María, Sucre y Bolívar, donde mostramos el documental, muchas tejedoras de Antioquia y del mismo Carmen de Bolívar, al ver el trabajo de don “Chucho”, quedaron asombradas y admiradas.
¿Qué le diría a Artesanías de Colombia, en pro de la preservación del oficio?
Yo le diría que apoyemos y nos preocupemos más por los artesanos que se dedican a esta labor para que no abandonen prácticas como las capacitaciones.
¿Qué sigue ahora?
El documental ya pasó por todas sus fases y luego de presentarlo en varios festivales, lo publicamos en YouTube para que más personas puedan verlo y apreciar lo que se hace en Marulanda. Para mi lo más importante es que tenga como precedente y archivo audiovisual de la tejeduría en lana de Marulanda; por eso, quiero agradecerle a todas las personas que hicieron parte de este proyecto.
“Que no se rompa el hilo” es también un llamado de urgencia a que las nuevas generaciones marulandeñas, se animen a conocer y preservar el oficio de la tejeduría en lana, una tradición que así como dice Alexander Ruiz, es un “tesoro vivo de Marulanda”.
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Si usted es artesano radicado en este departamento, recuerde que puede contactar al Laboratorio de Innovación y Diseño del Quindío, a través del correo electrónico: labquindio@artesaniasdecolombia.com.co.
Buenas tardes, deseo saber si en Marulanda se consigue lana hilada artesanalmente y si hay alguna cooperativa donde pueda comprarla, soy artesana de la Escuela de Artes y Oficios Santo Domingo en Bogotá, Agradezco información. Lucila Castañeda A.
Estoy tratando de comprar algunas ruanas de Marulanda Caldas y no me salen datos por ninguna parte. gracias